Si eres una de las muchas pacientes portadoras de miomas, es probable que hayas llegado a esta web, porque buscas una solución a los mismos. La mayoría de las pacientes con úteros miomatosos, no tienen síntoma alguno y, por lo tanto, no precisan tratamiento alguno; salvo un seguimiento habitual para controlar su crecimiento, por si lo hacen.

Pero, ¿Qué son los miomas?

Los miomas son tumores sólidos del músculo uterino, muy frecuentes en la mujer, y que pueden provocar infertilidad, o manifestarse con molestias, dolor abdominal, reglas muy abundantes, u otros síntomas. Son siempre tumores benignos, y no tienen potencial de malignizar. Entonces, si son tumores benignos, ¿por qué se habla tanto de los miomas? Pues, precisamente por lo frecuente de su hallazgo. Según algunas estadísticas, hasta la mitad de las mujeres en edad perimenopáusica tienen miomas. Dada esa incidencia, lo es también, que sean responsables de que muchas mujeres tengan que someterse a una cirugía por su culpa. Lo más frecuente, es que comiencen a desarrollarse alrededor de los 40 años y, algunos de ellos, comiencen un crecimiento lento hasta la menopausia. Con la menopausia, al desaparecer el estímulo hormonal que los hace crecer, involucionan y, aunque no desaparecen, disminuyen de tamaño junto con el útero y los ovarios, dejando de ser un problema de salud.

¿Qué síntomas provocan?

Los miomas son tumores sólidos en el espesor del útero o matriz, y dependen de su localización y tamaño los diversos síntomas que originan. Los llamamos submucosos, si la casualidad hace que estén cerca de endometrio, es decir, del tejido que recubre la cavidad uterina (dónde se implantan los embarazos), provocarán casi ineludiblemente un aumento de los sangrados, habitualmente con reglas muy abundantes. En esta localización, por añadidura, producen usualmente infertilidad; en aquellas pacientes en edad reproductiva y, con deseos genésicos se convierten, por lo tanto, en un problema.
En otras ocasiones, los miomas se localizan en el espesor de la pared uterina, los que llamamos intramurales. En tales casos, su manifestación es dispar de unas mujeres a otras. Depende mucho de su localización, pero, sobre todo, de su tamaño y, del grado de distorsión de la cavidad uterina. Por último, tenemos los miomas subserosos, que son aquellos localizados en la parte más externa del útero. Éstos no suelen manifestarse con sangrados, pero no por ello pasan asintomáticos, pues algunos llegan a crecer tanto, que pueden provocar dificultad respiratoria, al hacerse tan grandes que ocupan toda la cavidad uterina. Asimismo, pueden comprometer el embarazo y/o el parto.

Si tengo miomas, ¿cuándo me tengo que preocupar?

Si eres conocedora de portar un útero miomatoso, y observas reglas muy abundantes (con expulsión de coágulos), un aumento en la cantidad de las mismas, aparición de dolor en el bajo vientre, sangrados entre las reglas, anemia, …; es aconsejable que visites a tu ginecólogo.
Asimismo, si deseas embarazo, tienes miomas, y no lo consigues; es aconsejable una valoración por un profesional experto en técnicas de reproducción asistida, y en este tipo de tumores.

¿Qué técnica es mejor en mi caso?

Ya hemos explicado la relación de sus síntomas con el tamaño y localización. Pero para una decisión correcta, hay que valorar otros factores, como la edad de la paciente, deseos reproductivos, enfermedades concomitantes, etc.

¿En qué consiste la Ablación por Radiofrecuencia?

Desde hace tiempo, se conoce la utilidad del calor para el tratamiento de tumores sólidos, ya que provoca la destrucción del tumor. El problema era, como generar y aplicar dicha energía sobre al área tumoral, sin lesionar estructuras y tejidos sanos de alrededor.
Esta novedosa técnica, nos permite a los médicos aplicar desde un generador especial de radiofrecuencia, la energía necesaria para la termocoagulación del tumor, a través de una aguja fina y larga, con la que pinchamos directamente sobre el mioma. En la mayoría de los casos, el acceso es vaginal, mediante control ecográfico habitual.
La ablación de miomas con radiofrecuencia, es una técnica mínimamente invasiva, ambulante, sin ingreso hospitalario y, que permite una recuperación muy rápida. Solo precisa de una sedación en quirófano para su realización. Se han descrito muy pocos casos de complicaciones severas, que requieran ingreso posterior al proceso.

Pero, ¿existen otras alternativas?

Claro que sí, la Radiofrecuencia solo es una alternativa a las técnicas aplicadas hasta la actualidad. Los miomas han sido abordados históricamente mediante cirugía, ya sea por Histeroscopia para los miomas submucosos y, mediante cirugía abierta, laparoscopia o cirugía robótica, para los miomas intramurales o subserosos.
Posteriormente, se han introducido nuevas técnicas para el manejo de los miomas; tal y como son la embolización de los vasos uterinos, que producen la necrosis de los miomas, pero también de tejido sano uterino.
Más reciente es el uso del HIFU, con las mismas bases que la Ablación directa por Radiofrecuencia propuesta en este artículo, pero que igualmente, puede producir lesiones en órganos, estructuras y tejidos sanos, pues depende de una calibración exacta del haz de energía a aplicar sobre el mioma.
Por último, existe un tratamiento médico muy esperanzador, tal es el caso del Esmya. Su prescripción consigue un control rápido de los sangrados, y una disminución a largo plazo del tamaño de los miomas, con escasos efectos secundarios.
Explicado todo lo anterior, bajo mi criterio, la Ablación de miomas por RF, quizá sea la técnica más adecuada en aquellas pacientes que desean mantener su capacidad reproductiva; dado su rápida acción sobre el tamaño tumoral, su especificidad en la aplicación en el lecho tumoral, su respeto al tejido uterino sano, y la casi ausencia de complicaciones quirúrgicas.
A pesar de ello, tiene sus limitaciones, relacionadas especialmente con el tamaño y localización del mioma, por lo que se hace imprescindible una visita con el Dr. Joaquín Grande para su valoración.

¿Es una cirugía cara?

Por desgracia, si lo es. Dado que es una técnica novedosa, los activos y la intervención no son cubiertos por ninguna sociedad médica; ni lo es tampoco, en la actualidad, por el Sistema Público de Salud.
A pesar de ello, como Servicio de Salud, Gynemed le simplificará y facilitará la retribución de los honorarios.